CARACTERISTÍCAS
No, no, no, no, no. Ya sé lo que estás pensando. Alguien te ha dicho que estos cacharros son la hostia y no te lo acabas de creer. Porque piensas que estás escurriendo la lechuga como un pro sin necesidad de uno de estos trastos. No ves la rentabilidad en la inversión. Pues déjame decirte que ni en sueños podrías imaginar la cantidad de agua que tiene ese puñado de lechuga que estás a punto de meter en el tupper. Es decir, si cuando comes ensalada, se te pasa la sed, ya sabes por qué es. Lo de que darle a la ruedecita sea adictivo es un placer adicional que no te cobran, así que hale.
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